martes, 16 de junio de 2015

Sabanas

Las circunstancias las cuales no me han dejado saborearte, maldita la hora del encuentro fallido aquella noche cálida, resuena en mis manos el sentir de un cuerpo no tocado y el olor jamás sentido, ganas de saborear todo de ti no me faltan, desde la miel que resbala de tus piernas hasta el sudor cálido de tus mejillas rojas por la vergüenza de ser mirada por mis manos portentosas llenas de deseo, un deseo incontenible que muchas veces se anuncia en las situaciones más incomodas, quiero el fragor de una batalla que no empieza, quiero tus manos entre las mías abrazando la incontinencia más sublime derrochada solo en esa instancia, el ímpetu animal forjado en miradas lascivas y conversaciones que no llevan a nada salvo las ganas. En el momento que hunda mi ser sobre tu alma, lograre llegar al éxtasis deseado por tantos años, y podré disfrutar de esa risa picaresca que siempre me muestras.

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