miércoles, 17 de junio de 2015

Erotismo

Medimos la sensualidad en base a curvas, pequeñeces de ropa y otras cosas meramente visuales. Irónicamente tanto hombres como mujeres somos iguales, nos miramos y medimos en base a muchas cosas que decimos que nos atraen y que no, pero... ¿como podemos realmente especular o hacer referencias?. Debemos entonces, para responder esta pregunta, remontarnos a tiempos remotos, donde las mujeres no mostraban nada, pero lo desnudaban todo, sometidas ellas respondían a la belleza y a la juventud que estaban obligadas a tener, obviamente, con el tiempo esto se normaliza y se traspasa a la siguiente generación.

Lo que digo no tiene nada de extraordinario, salvo quizás un punto... ¿quien recuerda como era la mujer sexualmente aceptable de la época griega?, ¿era como la de ahora?, pues no, hoy, es la locura la que lleva las riendas, la delgadez es extrema y la ropa cada vez menos, creen que somos populares por cuanta ropa exhibimos, fotografías tomamos a nuestros rostros majaderos, fingiendo ser quienes no somos en realidad, mostrándonos mas interesantes de lo que podemos ser, como si conociéramos mas palabras de las que podemos pronunciar, pero ¿con que fin?.

Si miras ahora el nivel de porno existente en internet es mayor que el de hace dos años, vemos como muchas mujeres son maltratadas o humilladas para el placer nuestro, vemos exhibido la intimidad del homosexualismo y del lesbianismo como algo excitante, y los mismos que protestan en contra de ellos se masturban pensando en aquellas dos mujeres tocándose en aquella cama, perdimos lo fundamental de todo, y pareciera ser que el mostrar cada vez mas y mientras sea mas crudo funciona, algo así como la carrera armamentista en rusia y norteamerica.

Pero, donde dejamos lo básico, donde dejamos el erotismo, donde dejamos lo escondido, lo oculto, lo insinuador, lo que hace que te hierva la sangre como si de la mayor de las emociones te inundara por completo. Hoy yace perdido quizás entre tus pantalones o tus minifaldas... Nos gusta como hombres aquella mujer suelta y descarriada, pero después cuando ya la tenemos, queremos que sea una monja de sesenta y tantos, nos negamos a un sentido de belleza que se rompe con cosas tan molestas como el regeaton, donde la mujer es expuesta como un objeto, y a nadie le molesta, es erótico, sabes que de alguna manera te gusta eso, ver como las cosas son fáciles.

En lo que es a mi, personalmente hablando, me gusta la parte erótica de las miradas, aquellas que dejan entrever quizás mas de lo que realmente dicen, ilusiones vendidas al mejor postor para así enriquecer ese nefasto día.

Debo decirlo, vivo en erotismo...


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