En las pocas andanzas a caballo que tengo por la vida me parece increíble conocer a cenicienta y a rapunzel, más por la segunda cuya belleza y humildad llenan tu corazón, pero también su soledad enternece el tuyo. Encerrada en un mundo en el que no quiere estar, acallada por una bruja inquietante y un dragón inquisidor, es aquí donde mi chevalier sale a flote, pero inutilizado por la modernidad de las cosas, ya no se trata de caballos y lanzas, si no de trabajo y psicología, justificaciones totalmente inútiles si eso significa mermar la libertad de alguien.
Quisiera rescatarte desde tu ventana, llevarte a mundos maravillosos, donde los sueños no tiene tope, donde el horizonte lo pones tu, pero tu carácter apacible y sosegado te lleva a vivir esa vida como la única. Mi animal interno estalla de rabia al ver como la vida se aleja de ti princesa de cuento perdido, quiero rescatarte, quiero salvarte para ver también si yo hombre de alma siniestra alcanza la redención...
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