martes, 16 de junio de 2015

Obsesión

Una pared que separa al estruendo del ruido ensordecedor de un sentimiento vano, una distancia que no se acorta con nada, un sentimiento que no muere, una obsesión que se mantiene a pesar del masoquismo inherente de una situación inconsistente, requiero de esto para sentirme vivo, de un dolor que muchas veces es indescriptible, de un ardor al mirarla que sale de mi, un demonio que cohabita y me desmorona cada ves que toco su pelo en un sin numero de ocasiones, alabanzas al pulento por aquel momento en el cual la distancia que nos separa se hace nula para poder solo sentir su aroma, para poder tocar lo deseado con ansiedad enfermiza, necesito que duela para saciar un hambre de satisfacción desquiciado sobre una nube de insípidas situaciones que están lejos de ser la ideal, quisiera desmoronarme dentro de su ser y fundirme con cada caricia, pero no se puede, la verdad sale a la luz a un metro de distancia, donde una escalera y una pared pone fin a un sueño tan irreal como el palpar de la luz que me ilumina cuando la veo, ahora solo su aroma me conforta, hasta la siguiente ocasión en que la vuelva a ver y satisfaga nuevamente mi ansiedad enfermiza de su persona, hasta ser nuevamente requerido y amado en la imaginería de la vida...

(extracto de memorias pajeras)



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