miércoles, 17 de junio de 2015

Infante

A través de la mano de un infante, una niña que quio ser madre alegre y deseosa de la vida me da a entender que el ser niña no es excluyente de ser mujer, pero detrás de ella la vi, sentada indiferente de la vida, pero alegre de la misma, con el mismo afecto aferrado al pequeño que saludaba sin parar, ahí sentada indiferente a mi existencia la vi, aferrada a algo que no se veía, pero el pequeño sin saber de malas intenciones, con su mirada inocente y su mano de fuerza de descomunal de vida, rompió aquel silencio subyacente en la rutina diaria de la ignorancia del mundo, aquel momento movido por una extraña fuerza llamada belleza, decidí con el apoyo de la sonrisa de aquel pequeño romper el silencio y solo decir -"Hola"- oooooo por el amor de dios cuando carajos fue tan difícil decir eso...

Por que siempre temo de lo que no me siento merecedor, temí mirarla directamente como si me fueran a sacar los ojos si realizaba tal osadía, fueron 2 centésimas de segundo donde la duda y el flagelo fueron implacables, y sin bacilar y al son de una tonada majestuosa ella contesto a la proclama de conversación realizada por un simple paje, indigno de aquel regocijo solo conteste lo que debía, pero de pronto sentí como la confianza volvía a mi, ¿como es que perdí aquel sentido de orgullo por mi mismo?. De pronto todo se volvió claro, de ojos aperlados e imponentes donde solo daba paso una alegría sumida en un apocalipsis de las sombras a mi alrededor. Pero no pude dejar de mostrarme desesperado a sabiendas del error que podría estar cometiendo, de todos modos aprendí al solo caminar con ella que en realidad jamás tuve nada que perder ante la vida que llevaba, había vuelto a aprender a mirar a la vida y a saber que nunca tuve ni tendré nada que no haya sido mio antes...


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