miércoles, 17 de junio de 2015

Luchador


Siempre se me enseño que debía mirar mas allá de la punta de espada, que sobre un caballo no conocería limites, que dentro de lo hermoso de la guerra descubriría una romántica muerte, pero después de vencer a dragones y reyes tiranos, de ver a la cara de la muerte y besarla de manera apasionada, solo se escabullía en los brazos de mi enemigo ensangrentado. se me dijo que no existe un limite, y que las doncellas que podría rescatar en el tampoco, la verdad es que de ninguna de ellas me enamore, a ninguna de ellas las desee, solo fueron parte de un ego mal formado en la fornicación de la realidad de mi propia fortaleza, no obstante, a unas las quise mas que a otras, y de todas la que mas desee fue la que nunca tuve, quizás fue por eso mismo, se corría de mi cuantas veces era necesario, pero siempre cerca, siempre en peligro de que su hermosa flama se extinguiera. Era capaz de enfrentar a los mismos dioses solo con el deseo de tenerla en mis brazos, con el aroma que salía de su boca se curaban todas mis fatigas, y ni me imagino que sería si bebiera del dulce néctar de su entrepierna, ni si quiera el implacable tiempo tendría algo que hacer en contra mío.

Después de todo el camino recorrido ya ni si quiera me queda mi caballo, tengo la armadura opaca, y el día muestra la tristeza de mi alma ya cansada, pero eso no quiere decir que mi espíritu este desmoronado, o que realmente quiera sentarme a esperar que la muerte o el final de mi tiempo de la mano de una parca venga hacia a mi para llevarme en un carruaje al Val-halla, no carezco de miedo, pero es lo que me ha mantenido con vida, aun que parezca insólito, pero supongo que algo de cobardía no me viene mal para enfrentar lo que se me viene, un nuevo mundo fue descubierto hace muy poco ubicado después del "Bosque de la Soledad", no estoy ansioso, pero solo haré lo que siempre he hecho, lo que mejor me sale, lo que he realizado durante toda una vida de peleas interminables.

Caminar hacia adelante sin mirar los cadáveres detrás mio...

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