Ese momento en cuando te das cuenta de que vives en un lugar donde eres devorado lentamente y que en realidad no existe apocalipsis zombi ni mucho menos, si no una turba de gente enardecida la cual a devorado sus propios espíritus y sucumbido ante sus metas, y lo que es peor aun, vendido sus sueños por módicas cuotas de una tarjeta...
Basura del tiempo enardecido en decisiones y pugnas que no piensan, donde habitan odios heredados y seres descascarados... Eme aquí intentando de manera silenciosa cambiando lo único que puedo cambiar, mis cosas....
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