sábado, 8 de agosto de 2015

Sin fotos, sin ataduras, solo lluvia

He estado donde nadie más es capaz de sobrevivir, he sentido cosas que nadie jamás espero que experimente, he tocado cosas que son tan reales como irreales, como si la piel escamosa de un unicornio se tratará. Miro el agua caer a las 7 inundado y ahogado en rabia y melancolía por todas esas mujeres que  no hicieron más que un giniapo de mi, miro a la luna oculta entre nubes llenas de lágrimas para saber que al igual ya que mi mente son solo la sombra de lo acontecido. 

Llegando húmedo y muerto a mi casa en esta mañana lluviosa y sin piedad, sentía alegría, por lo que hoy murieron ahogados, de frío y abandonados, ellos no deberán seguir fingiendo que todo funciona como es debido.  Ellos están libres. Pero yo estoy atado, estoy atado a ella que no me deja ir, estoy atado a ella que cada vez que la veo pasar mi corazón se va con ella, sanguinolento y pobre, camina con ella como si de el último alimento se tratara, sin fotos ya en mis recuerdos, la tengo perenne en mi tacto, en mi lengua, en mi sabor...

Muero cada vez que despierto para sentir en mi inconsciencia que sigo vivo, inocuo e insolente ante la misma muerte seductora, enfrió mi calentura ya sin recuerdos de otro cuerpo que no sea el mio, trato de no sucumbir, pero es ahí donde me doy cuenta que agónico ya estoy y el la vida sin textos, sin fotos, si nada solo se alza como un recuerdo.

Las lluvias se llevaron las lágrimas y solo trajeron una sonrisa loca, llena de descontento hacia la vida misma, pero añorando algo intangible e inalcanzable. Estoy atado al desafío, las ataduras solo hacen mella en mi, pero espero que esta lluvia tan fuerte como una lanza se lleve todo lo que me hace un hombre de barro y me deshaga lenta y maravillosamente.